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cultura, derechos humanos, DerHumALC, diarios, documental, festival, guión, La Banda, Nicolás Batlle, notas, Paula Arella, producción, Santiago del Estero, taller, televisión
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01 lunes Jun 2009
Posted Autores, Cine + TV + Multimedia, Cineescuela, comentario, curso, documental, educación, guión, notas, Paula Arella, Películas, producción, taller
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01 lunes Jun 2009
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Aguirre, análisis, Cine + TV + Multimedia, crítica, Dios, documental, Klaus Kinski, notas, Pablo Domínguez, película, Werner Herzog
El hombre propone. Dios, o el Otro, dispone. (Lucio V. Mansilla)
La trama de este documental describe la compleja relación entre el director de cine Werner Herzog y uno de los actores con quien realizó sus películas más destacables: Klaus Kinski.
En una primera mirada, podríamos pensar que el film no es más que una lucha permanente, un choque de fuerzas opuestas, donde Herzog, al poseer el poder del relato, pareciera evidenciar a un Kinski maníaco, arrogante y ególatra, por momentos casi diabólico.
Pero entonces, ¿por qué dedicar un documental entero a un enemigo y no por pura denuncia?
Es evidente que la palabra “enemigo” empieza a abandonar ese lugar de contundencia ya desde el mismo título, donde Herzog nos advierte la ambigüedad de la relación con aquel enemigo íntimo.
Esta ambigüedad se desprende del relato y de las acciones: a medida que se van estableciendo los personajes, Kinski es instalado como un representante del lado oscuro, del desborde y lo maníaco, mientras que Herzog pareciera representar lo opuesto: la mesura, el control, la serenidad. Pero a medida que avanzamos en el relato, vemos que no todo es tan claro y polarizado: Herzog, con sus silencios, sus modos y su discurso puede ser hasta más temible que el exaltado de Kinski. Como si empezáramos a ver aflorar a Kinski dentro de Herzog y viceversa. “No nos une el amor sino el espanto”, diría Borges.
Como en un vaivén, la relación se relaja y se tensa con las distintas etapas de sus films y sus vidas. Las diferencias llegan a tal extremo que el mismo Herzog confiesa que estuvo a punto de matar a Kinski pero paradójicamente va en su búsqueda una vez muerto. Es desde esa búsqueda de donde se desprende esta obra, que además de inmortalizar y homenajear su relación, confirma que al Otro no se lo puede aniquilar, ni siquiera con la muerte.
Por eso, Herzog elige hablar no desde el lugar común del duelo sentimentalista, sino que la muerte le funciona como disparador para comenzar una retrospectiva personal con Kinski y de esta manera entenderlo y entenderse. Pero sobre todo, le sirve para descubrir (y esto lo hacemos dentro y fuera del documental junto con él) que hay espacios y relaciones que se significan sólo con la existencia del Otro.
Ficha Técnica:
Título Original: Mein liebster Feind
Títulos en Castellano: Mi enemigo íntimo
Director: Werner Herzog
Año: 1999
Duración: 95 minutos
Pablo Domínguez
biblioteca@cineescuela.com
01 lunes Jun 2009
Posted análisis, Autores, Cine + TV + Multimedia, Cineescuela, comentario, documental, notas, Películas, Sandra Furelos
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Albertina Carri, Cine + TV + Multimedia, crítica, dictadura, documental, estrenos, historia, notas, película, Sandra Furelos, secuestros
Sandra Furelos escribe sobre el documental de Albertina Carri.
«Los rubios: En el país de las fisuras»
La muerte de los padres produce uno de los dolores más intensos que pueda padecer una persona. Si difícil es perderlos por causas naturales, cuánto más profundo e inexplicable será el dolor de no saber ni cómo y ni cuándo murieron. Sólo una fecha para señalar el último día en que fueron vistos y los recuerdos del pasado. Jorge Rafael Videla, militar que detentó el poder durante parte del gobierno de facto, definió la situación de los secuestrados a lo largo de la dictadura, enunciando: «…mientras sea un desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido”. De esta manera, miles de personas fueron alejadas de sus hogares y familias con destino incierto. En muchos casos, nadie hasta el día de hoy sabe dónde están.
«El 24 de febrero de 1977 Ana María Caruso y Roberto Carri fueron secuestrados. Ese mismo año asesinados. Tuvieron tres hijas Andrea, Paula y Albertina», se lee en varios carteles al comenzar la película que filma la menor de sus hijas.
Albertina Carri, es la directora de «Los rubios«, documental a través del cual intenta explicar la desaparición de sus padres, miembros de los grupos que se opusieron activamente al gobierno militar, quienes fueron secuestrados y desaparecidos sin juicio ni sentencia, y sin poder volver a tener contacto con sus familiares.
«Vivo en un país lleno de fisuras», dice la protagonista del filme. La película es del 2003, sin embargo el reclamo que expresa su directora continúa vigente. Hace treinta y dos años se oficializaba la toma del poder en Argentina por parte de los grupos militares con apoyo de cierta masa de población. Fisura y división de la gente que vive en un país que no halla una resolución sustentada en la verdad, el arrepentimiento, la tolerancia y el diálogo, aunque ya pasaron muchos años. Nuevas generaciones se suceden y crecen. Hijos y nietos se forjan un futuro y un espacio en el suelo argentino, con el telón de fondo de una irresuelta situación social que divide ideológicamente, a toda una población. Cierto es que en diferente momentos de la historia del país hubo violencia de un lado y del otro, como cierto es que nada justifica se ignoren, se desechen o se quebranten, los derechos humanos a la vida, a la libertad, a no ser torturado, a un juicio en caso de delito.
En el actual sistema de gobierno, que propicia un entorno de libertad, una partición latente subyace a los acontecimientos cotidianos de toda una población, conformada en parte por los descendientes de aquellos que protagonizaron los hechos que desmembraron al país con violencia, odio y desencuentro, y en parte por aquellos que quedaron en el medio. En los márgenes de esas fisuras están los que siguen indagando, pensando y creando, en búsqueda de respuestas sobre los acontecimientos que condicionaron para siempre la vida del país y la propia vida, para poder construir hacia el futuro. En estos márgenes, es donde Albertina Carri construye su conmovedora, personal y excelente película sobre la inexplicable y dolorosa ausencia de sus padres.
Ficha Técnica:
Título Original: Los Rubios
País de origen: Argentina
Género: Documental
Año: 2003
Duración: 89 minutos
Director: Albertina Carri
Producción: Albertina Carri y Barry Ellsworth
Montaje: Alejandra Almirón
Música: Gonzalo Córdoba
Sonido: Jésica Suárez
Sandra Furelos
biblioteca@cineescuela.com
01 lunes Jun 2009
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análisis, Blaustein, Cine + TV + Multimedia, crítica, documental, entrevistas, inmigración, notas, película, reportaje, Sandra Furelos
El eterno retorno del desarraigo
El director de cine David Blaustein cuenta en la película documental “Hacer Patria” la historia de su familia. La madre, los tíos, los primos y hermanos se colocan frente a la cámara para responder preguntas y contar fragmentos de su vida, como así también lo que recuerdan de quienes ya no están. Los relatos personales se intercalan con la historia de los abuelos maternos y paternos que llegaron a la Argentina luego de emigrar de Rusia y Polonia respectivamente, debido a la guerra que abatía a Europa en los comienzos del siglo XX.
Argentina es un país que se conformó con un gran porcentaje de inmigración extranjera, que se produjo entre fines del siglo XIX y principios del XX. Llegaron al país italianos y españoles en su mayoría, pero también un gran porcentaje de judíos pertenecientes a la actual Rusia y Alemania y a la región que abarcaba el Impero Austro Húngaro, entre otros países. Estos grupos, que escaparon del hambre y la muerte producidos por las guerras y la persecución que sufrieron por parte de los movimientos fascistas, enfrentaron el desarraigo de su lugar de origen, el desapego de los familiares que quedaron en el viejo continente y la búsqueda de un nuevo lugar donde establecerse con su cultura y formas de vida, en un espacio que les era completamente ajeno.
La sociedad argentina se conformó, poco a poco, con los inmigrantes bajados de los barcos, que trajeron su propio idioma y costumbres, que conservaron en parte y en parte prefirieron olvidar, al mezclarse entre sí y con la población criolla. Los motivos y circunstancias del recuerdo y el olvido son de diversa índole: búsqueda de aceptación, asimilación a otros modos de vida, miedo al dolor y resignación al cambio. La situación común para todos fue la necesidad de reconstruir, en el nuevo suelo, una identidad particular y propia sobre los cimientos socavados de su historia personal, en su condición de exiliados.
Irónicamente, como en un devenir cíclico, muchos de los descendientes de aquellos inmigrantes debieron emigrar, como lo hicieran sus ancestros en el pasado, durante la década del `70, tras el golpe militar que suspendió el sistema democrático en el país y estableció un estado de represión y suspensión de las garantías y derechos constitucionales. La libertad de pensamiento, expresión y expansión ideológica y económica, fue negada y combatida para quienes no adherían o acataban el régimen impuesto en la época.
Proponiéndoselo o no, el director de “Hacer patria”, relata a través de la experiencia de su propia familia, la tragedia de toda la humanidad, en un mundo plagado de historias de expulsión y desarraigo que se repiten siglo tras siglo.
David Blaustein y sus hermanos tuvieron que abandonar su país dos generaciones después, y enfrentar el exilio, como lo hicieron sus abuelos y como tantos otros descendientes de los inmigrantes que poblaron y constituyeron la Argentina. Emigraron dejando su casa, sus padres, tíos y primos, durante las persecuciones que la dictadura militar llevó a cabo, para establecerse en España, luego de recalar en varios destinos, y reiniciar el ciclo del éxodo que sus propios abuelos transitaron cuando llegaron al Río de la Plata, perseguidos también por la expresión de su forma de vida.
Sin embargo, el drama de los Blaustein abre paso a la esperanza con el regreso de los tres hermanos a la Argentina, en la que sus abuelos y padres supieron luchar, pese a todo, y forjarse un espacio donde expresar su identidad. Un disparador para reflexionar sobre la necesidad y el derecho de cada persona a vivir en libertad su particular modo de ser, esperando que no se repita nunca más el eterno retorno del desarraigo.
Sandra Furelos
biblioteca@cineescuela.com
17 jueves Jul 2008
Posted Autores, Cine + TV + Multimedia, Paula Arella
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Argentina, Cine + TV + Multimedia, Cohn-Duprat, documental, historia, notas, película, presidentes, reportaje
Las cámaras ocultas se abren paso entre encargados de edificios, secretarios personales, agentes de seguridad privados y estatales, para llegar hasta cada uno de los personajes que ilustran Yo presidente, antes de empezar cada nota.
En sus domicilios particulares (desde elegantes pero modestos pisos en Barrio Norte, hasta suntuosas quintas en el interior), el backstage de cada uno de los segmentos que componen esta película, nos muestra la llegada, las preguntas de rigor que el entrevistado hace para saber si su ubicación en cámara es correcta o si en camisa está bien, y nos introduce en el mundo privado de estos seres casi fantásticos, que se convierten en humanos gracias a la habilidad de los realizadores: Gastón Duprat y Mariano Cohn.
Una voz en off, bastante más informal que el típico locutor de documentales, nos relata la ficha técnica del personaje: nombre, edad, partido político de pertenencia, hobby y alguna característica curiosa de su personalidad (por ejemplo: “prefiere dormir liviano”).
Cada período presidencial, está presentado por imágenes de perros en distintas actitudes o circunstancias. Así, un perro montado sobre una perrita es sucedido por un perro manco al que sigue otro que se persigue la cola, cada uno como metáfora de lo que, sin sospecharlo, representa.
Como todas las realizaciones de este particular dúo -ya marca indiscutible de estilo-, la cámara se posiciona en lugares inesperados, mostrándonos lo que sucede con las personas que rodean íntimamente a los ex presidentes, mientras éstos hacen un recuento de su paso por el gobierno, para descubrirnos sus reacciones a cada comentario o cada pregunta sin respuesta. Así vemos a esposas dominantes o huidizas y a secretarios guardianes o amorosos.
El encuadre no permanece quieto ni siquiera en los planos generales por demasiado tiempo, jugando mucho con el fuera de foco . Más bien los planos favoritos son muy cerrados, casi como si trataran de abrirnos paso en la mente de cada personaje, en su alma, su sistema respiratorio o digestivo.
Las imágenes de archivo completan el pantallazo de cada período presidencial, muchas veces contrapuesto a la narración de los protagonistas, haciendo contrapunto entre el relato -simpático, humano, hasta gracioso- y la historia -dura, angustiante, hasta terrible- del pueblo argentino de los últimos 23 años.
Otro elemento distintivo de Cohn-Duprat, es el uso del doble audio, de dos bandas de sonido con la voz del personaje en pantalla, que de manera diferente en cada una, se refieren al mismo tema. Es un artilugio que nos ayuda a completar el sentido y caracterización de quienes hablan, casi como si escucháramos la voz de sus conciencias.
Frases como “la casa está en orden”, “síganme, no los voy a defraudar” y la preocupación por parecer aburrido, resurgen en este documental, provocándonos ora sonrisas ora desprecio, pero nunca inocuas.
Los comentarios e indicaciones de los realizadores coronan el fresco sonoro de la película.
El documental cuenta con momentos de gran tensión dramática, mechados con otros provocadores de la carcajada casi nerviosa, liberadora.
El montaje dinámico, ágil –también propio de la dupla- y la música a cargo de Sergio Pángaro son, indiscutiblemente, la frutilla de la torta.
Con una sensibilidad digna de los grandes intérpretes, la música redondea el sentido que la puesta de cámara y la postproducción proponen para este documental.
En síntesis, Yo presidente es una obra fuerte, profunda y de un realismo que pasea entre el íntimo recuerdo de los dirigentes y el recuerdo popular, creando el contrapunto perfecto para entender casi un cuarto de siglo de historia argentina.
Glosario
Backstage: detrás de cámaras
Encuadre: recorte que la cámara hace de la realidad que muestra.
Fuera de foco: imagen borrosa, sin definición.
Historia: Sucesión cronológica de hechos // Relato: la manera de alguien de contar la historia.
Paula Arella
biblioteca@cineescuela.com