Paula I. Arella y Tate Sanguine nos sumergen en el mundo de la escritura de guiones. Escrito con un lenguaje sencillo y un tono ameno este libro enseña las palabras, las etapas, los por qué y para qué de la escritura audiovisual.
Especialmente recomendado para aquellos que desean incursionar en ese mundo, también es beneficioso para aclarar y reforzar los conceptos de los que ya se consideran expertos en la materia.
Las páginas se dejan pasar inadvertidas, como si se leyera una novela de aventuras.
Ayuda en esto Verónica, un personaje que recorre el libro con nosotros, desde el principio hasta el fin, yendo hacia el final del Arco Iris en busca de una buena idea para presentar ante un afamado director de cine, que le da la oportunidad de cumplir su sueño dorado: convertirse en guionista.
Cada tema (capítulo) está ejemplificado con el análisis de un film y el proceso de escritura de un cortometraje, del cual Verónica es la protagonista, desde la Idea Argumental hasta el Guión, pasando por la construcción del Conflicto, el diseño de Personajes, la redacción del Argumento, la separación en escenas para escribir la Escaleta y la escritura de los Diálogos.
El libro es un recorrido, Verónica hace un recorrido y nosotros también nos dejamos llevar a través del laberinto, tranquilos por la sensación de estar en buenas manos.
En la presentación del libro, Daniel Botti destacó la importancia de los ingredientes para una buena preparación. Para corroborar su idea compartió con el público una anécdota muy apropiada, de cuando su abuela paterna le pasó la receta de una exquisita salsa blanca pero omitiendo el ingrediente mágico: la nuez moscada. Botti continuó: “Esto es una especie de introducción para contarles que muchos de los libros no tienen todos los ingredientes. Al final del Arco Iris, tiene lo que a muchos les falta, que es la nuez moscada. Es un libro que demuestra la generosidad de sus autores.
“Enseñar la propia profesión es muy difícil, es entregarse. Escribir una obra sobre lo que yo hago, es parir para otro, con lo cual, la mayoría de los autores nos sentimos un poco reacios a que los demás aprendan, y que el día de mañana se nos conviertan en verdadera competencia.
“Hay un momento que nos pasa a la gran mayoría de los que escribimos guiones, en el que llegamos al éxtasis, al momento de felicidad, casi como caer enamorado, que es el momento en el cual ponemos la palabra FIN a un guión con el cual estamos conformes. Para llegar a ese momento de éxtasis, hay que recorrer un camino que es muy complicado y muy difícil. Al final del Arco Iris lo allana, tapa los baches, le muestra a uno por donde está el asfalto y por dónde el ripio, y finalmente llega a un resultado que realmente es muy pero muy importante para cualquier autor, incluso los autores que ya venimos escribiendo desde hace mucho tiempo.”
Gastón Duprat también estuvo presente en la presentación de este libro, y señaló que “el guión es el dolor de cabeza del cine argentino y no argentino. Es la base del castillo de naipes. Después uno puede tener mayores habilidades o recursos visuales, yeites personales, trucos, cámara, pero si no está esa base bien armada, se cae todo. Es un problema muy abstracto y Paula y Tate se animaron a bajarlo a tierra, a parar la pelota y a empezar a discriminar prolijamente. Hicieron el esfuerzo de bajar a tierra una abstracción, algo muy grande, con muchos elementos muy complejos, y lo bajaron al papel.
“Me parece que es un libro amateur en el buen sentido, o sea que ellos aman lo que hacen y se nota. Y se han encontrado con esos problemas que describen, no es que están hablando de oídas.
“Me imagino al libro como un libro abierto al momento de hacer un guión, o sea me imagino un grupo de gente trabajando y el libro ahí presente. No me parece un libro de biblioteca, de decoración, me parece un libro para tacharlo, anotar y romperlo inclusive, eso también me parece muy valioso. También me gustó porque ofrece las herramientas, para luego poder romperlas. Están las herramientas clásicas, la base que se debe conocer, para no caminar sobre la nada. Lo digo por experiencia personal de haber filmado muchas cosas, de haber hecho de todo y muchas veces quedarme patinando en mis propios recursos, sin una base.
“A mí esto me hubiese servido que lo escribieran antes, porque yo ya me mandé muchas cagadas. Hago un formato audiovisual medio extraño, que no responde a lo comercial, y es sorprendente lo que podría haber hecho de haber tenido este libro antes. A pesar de ser un libro muy estructurado, da libertad. Porque la libertad se obtiene desde ahí, desde conocer, desde trabajar sobre una estructura firme, si no, es cualquier sanata.”
Florencia Siga
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